Opinion

MATARON LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

EDITORIAL

09 septiembre 2018

Cada cuatro años por esta época, se empezaban a conocer los nombramientos de los recomendados políticos para ocupar las diferentes posiciones del Estado tanto en lo nacional como en lo regional.

Todo indica que eso está cambiando. El Presidente Iván Duque está cumpliendo su promesa de campaña de rodearse de los mejores para dar lucha frontal contra la corrupción que se ha convertido en el mayor flagelo de la sociedad colombiana.

El descaro de los políticos quienes vieron en el Estado el medio rápido y eficaz para enriquecerse, disparando los niveles de corrupción a índices inimaginables, terminaron generando el repudio general de la población que clama con afán un cambio en las costumbres políticas del país.

Esos políticos fueron víctimas de su propio invento y mataron la gallina de los huevos de oro.

Las reformas planteadas por Iván Duque tienen como objetivo desincentivar la actividad política para que muchos declinen en su aspiración y busquen otras fuentes de ingreso o se dediquen a la actividad privada.

En lo nacional es muy diciente la posición de los Partidos Liberal y Cambio Radical de declararse independientes frente al gobierno de Duque. Seguramente esperaban tratamiento burocrático.

En ese orden de ideas, ni el Partido Centro Democrático, al cual pertenece el Presidente Duque, quien tenía puestas sus esperanzas de avanzar electoralmente en muchas regiones del país en las elecciones de octubre de 2019 para autoridades locales, podrá cumplir su anhelo porque burocráticamente no van a tener el juego deseado.

El país necesita reformas estructurales para combatir la corrupción. Por ejemplo, en otrora los concejales no recibían remuneración. Era un honor y un servicio que los mejores ciudadanos le prestaban a sus municipios. Lamentablemente desde que se hicieron asignar honorarios, pago de seguridad social y viáticos, la filantropía desapareció y se convirtió en un negocio rentable al que aspiran muchos sin tener un mínimo conocimiento del sector público. Es una posición ideal para presionar al alcalde de turno para la asignación de contratos y dádivas.

Así como van las cosas, la clase política de nuestro país debe estar preocupada, y todo indica que vendrá más.

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