Opinion

¡Nobleza obliga!

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Por: Mario Arias Gómez

03 septiembre 2018

Acaba  de tomar posesión ante el señor presidente, Iván Duque, como Contralor General, el joven talentoso, LUIS FELIPE CÓRDOBA -38 años-, políticamente “independiente”, guardián de la transparencia administrativa, elegido bajo el marco constitucional emanado de la Reforma llamada, ‘Equilibrio de poderes’ (2015), y la subsecuente ley 1904/2018, que dispuso que el Congreso, mediante convocatoria pública, efectuara en sesión conjunta la elección -previo examen de las hojas de vida de los inscritos-, proceso que culminó con el nombramiento, por inédita mayoría -203 de 248-, del precitado, lo que me releva de ahondar en las cualidades que adornan al enaltecido, soporte de la acertada, aplaudida y memorable decisión.

Ritual meritocrático (gobierno de las personas más capacitadas, escogidas por méritos propios) precedido por la UIS -elegida para adelantarlo- que examinó y evaluó los 101 aspirantes, en que el agraciado sobresalió con 86 sobre 100 puntos, luego la comisión accidental, conformada por 22 congresistas, de 59 redujo – conforme a ley- a diez los candidatos, reexaminados nuevamente, su altruismo personal y patriótico; antecedentes; aptitud; experiencia; idoneidad; sindéresis; talante; estructura moral, en las que Córdoba Larrarte, volvió a descollar -19 sobre 20-, resultando electo -en franca lid-, prueba fehaciente de sus cualificados merecimientos, disciplina, espíritu de servicio, sentido del deber, vocación misional.

Óptimo “vigilante” del tesoro colectivo de los colombianos -hastiados de tanto abuso, arbitrariedad; corrupción; inequidad; inmoralidad; podredumbre; de la injusticia de la justicia, tenido como el más esclarecido ser humano, confiable -que no solo lo es, sino que lo parece-; garantía del buen suceso, de la sensible tarea encomendada, en que deberá acometer, dentro del poder preferente, las pesquisas que sobrevendrán, como defensor insomne del bien común -sin agenda distractora- de la pluralidad de los coterráneos, intimidados por el impúdico contubernio que campea en toda la escala social, en la certeza que ‘PIPE’ conducirá la codiciada entidad, con consistencia técnica, metodológica, por el camino del deber institucional cumplido.

Causa apoyada por los expresidentes Gaviria, Pastrana; Germán Vargas Lleras y acólitos; conservadores, liberales, la ‘U’, parte del uribismo y otras ideologías, a los que el exaltado dio corteses agradecimientos, extendidos, con conmovedora, justiciera y valorada referencia, al experimentado e inconmovible suegro, OMAR YEPES, hercúleo elector, al que no necesito añadirle atributos, tampoco  escatimarle merecidos epígrafes para ponderar -a pesar de mi circunstancial alejamiento- su periplo político de medio siglo, cónsono con la historia caldense, igual que de la quijotesca, nómada y devota cofradía ‘YEPISTA’, soldadesca que lo entronizó, exaltó, perpetuó, trinchera en la que puse el más ligero y humilde grano de arena, para el olvido.

Nunca es tarde para los reconocimientos, ni para los honores, que hoy hago libre, inmoderadamente libre, sin sonrojo, tacañería, resentimiento; aunque con los bríos diezmados, en franca decadencia; deshilvanadas y apologéticas palabras, que enhebro, sin timidez, ni temor por el qué dirán de los celosos y sarcásticos conmilitones, cuyos agrestes, inflamados y vitriólicos comentarios, me resbalan. Peripatéticos irredimibles -mis ucases- disfrazados de redentores.

Es tiempo de nobleza, de mirar el interés nacional, dejando atrás egoísmos, odios, resquemores; a efecto de reconstruir con pasión, sin ambiciones, avideces, fatalismos, hipocresías, mezquindades, narcisismos, una patria para todos, mediante una acicalada gestión, apolítica, limpia, neutral, sabia, transparente, con fundamentos éticos, tutelada por la ley, por la razón más que por el corazón, en buena hora confiada, al admirable y pulcro hijo pereirano, que sin fanfarrias mediáticas, ni pretensiones ulteriores, ofreció al país, enervado por los repulsivos y revulsivos depredadores del erario, que luchará férreamente contra ellos, para lo cual reclama el apoyo de la ciudadanía de bien, de los entes simétricos, en la certeza que no defraudará a nadie.   

Indicó que empleará -sin shows mediáticos- las herramientas tecnológicas para modernizar la contraloría: “No seré -anunció- un contralor burocratizado, inmóvil, recorreré la provincia, en pos de extremar la productividad, fijar metas, soportado en la academia, práctica, preparación -vitales en su escogimiento- aparejadas -destacó el aplaudido funcionario- al esfuerzo ‘in crescendo’ de cumplir con las responsabilidades derivadas del juramento prestado. Prenda de armonía, lucidez, ejemplo, articuladas y acopladas a las demás ramas del poder público.  

El procedimiento demostró que puede haber rigor en el escogimiento de los titulares a los diferentes cargos de control, donde LUIS FELIPE, brillará con luz propia. Desde su luminosa atalaya, jugará un papel preponderante en el manejo leal y virtuoso de lo público, aplicando ideas de vanguardia, en busca de combatir los delictuales y endémicos males que tienen postrada moralmente la nación.

¡Buen viento y buena mar! señor Contralor

Bogotá, D. C. 03 de septiembre de 2018

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