Por: Mario Arias Gómez
30 agosto 2018
En mi ya largo peregrinar, no había registrado una frase más inoportuna, descabellada, desafortunda, que la del título, pronunciada en la asamblea de la ANDI en Cartagena, por un alto y curtido funcionario -el estrenado ministro, Alberto Carrasquilla- de un gobierno urgido de sintonizarse con la opinión, la cual no pasó desapercibida, a pesar del vano intento de valerse de la campana neumática, sin asumir la responsabilidad política que corresponde, por lo desabrochada e irreflexiva, que lesionó irreparablemente la credibilidad, la confianza del régimen.
Debió “fumársela verde”, como alguna vez dijo, ‘monseñor Ordóñez’, del exalcalde Petro, al expresar: “Así como tenemos un Sisbén para los pobres, tendría que haber un Sisbén para los ricos”. Antes de profundizar en ella, de escudriñar su intríngulis, repaso expresiones, igual de insólitas, que levantaron ampolla -en su momento-, suscitando indignación; encendidas polémicas.
1-. Inicio con el histórico “Viva España”, del folclórico copartidario payanés, Guillermo León (foto), elegido presidente (1962-1966) en plena violencia política, recordado, ‘con profundo amor patriótico’ decía, como ‘Presidente de la paz’.
‘Metida de pata’ que se dio en la memorable visita de Estado, del presidente, Charles de Gaulle -septiembre de 1964- a su par en Bogotá. En el brindis del ‘León del Paletará’, en el banquete homenaje al ilustre personaje, cometió, uno de los más grandes osos de mandatario alguno, colombiano. Ante 130 invitados, el presidente Valencia, alzo la copa y solemnemente dijo: «Señoras y señores: acompañadme a brindar esta copa por el futuro y la grandeza de ESPAÑA, por la salud y la ventura del general De Gaulle y su ilustre comitiva«. Ante el gigantesco ‘gaffe’, las señoras asistentes, no supieron dónde meter la cabeza.
2-. De Turbay Ayala, son estas cuatro perlas, que batieron los récords conocidos: «El mío es un gobierno hormonado y testiculado«. «El único preso político soy yo«. «Si el M-19 hizo la guerra en serio, también puede hacer la paz en serio«. Y la más acreditada, que más burlas causó -como propósito de gobierno-, la cual se rememora, recurrentemente, aún hoy: «Tenemos que reducir la corrupción a sus justas proporciones«. Al respecto, van estas deshilvanadas e inofensivas reflexionas.
‘Corrupción’, que empieza con picardías veniales, en la cocina, la escuela, el juego, que suplen por lo regular, carencias de índole económicas, o por vicio, o preferencia por lo ‘fácil’. Pero -qué duda cabe- la corrupción contra la que se pronunciaron el domingo, 11 millones, 671.420 compatriotas -escrutado el 99,98%-, fue la ‘de cuello blanco’, que, a pesar de la magnitud, no constituye un mandato para el Congreso. Corrupción que es inherente a la naturaleza humana.
3-. Sigue la desafortunada expresión del ex minHacienda (2010), Juan Carlos Echeverry, expuesta un jueves negro, tras la aprobación de la reforma que creaba un nuevo marco constitucional para las regalías, negado -a propósito- por el Polo Democrático, con varios congresistas del partido de la U, y del Liberal, que se apartaron de la disciplina, de la decisión mayoritaria de sus partidos. Momento en que eternizó el término mermelada: “vamos a repartir la mermelada en toda la tostada nacional”.
Finalizo con la hilvanada por el despabilado min-Carrasquilla, que increíble y penosamente, se le fueron las luces ante los 2.000 asistentes al Congreso de la Andi, que lo aplaudieron a reventar, al proponer la distorsión del sistema -ideado en 1997- para atender la pobreza, focalizar la inversión social, y garantizar que esta se asigne a quienes la necesitan de verdad, para desviarla en favor de los ricos. Programa que incluye el derecho a la afiliación gratuita al Régimen Subsidiado de Salud y la entrega de asignaciones monetarias, dentro del plan para reducir la pobreza, esquema al que se le unieron luego otros beneficios -bimensuales-: la entrega de subsidios, tipo Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor. (País de limosneros)
Idea que sirvió solo para confundir -más que para implementarla-, encrespar el ambiente social, entregarle armas a los populistas de todos los pelambres, agitar el debate. Mientras la tarifa de renta de las empresas disminuiría, con la promesa de que sus mayores rentabilidades, ayudaran a mejorar los salarios y a crear puestos de trabajo. El umbral para la declaración y pago de renta en el país, sería entonces mucho más bajo, de modo que la tarifa fuera progresiva.
Galimatías enredado con el catedralicio engañabobos: El reintegro del IVA a los pobres. Conejo que no lo compra, ni se lo traga nadie. Ni bobos que fueran.
Bogotá, D. C. 29 de agosto/2018
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