Por: Hernando Arango Monedero, Ingeniero y abogado, empresario, exrepresentante a la cámara, exalcalde de Manizales y Director General del SENA.
01 agosto 2018
Sí! Vaya una confusión mayor. Sí! Así nos encontramos los colombianos, unos y otros y los de más allá también. Y es que no puede ser de otra manera, ante lo que con ocasión del llamado a Indagatoria que ha hecho la Sala Penal de la Corte Suprema al expresidente Uribe.
Y no es tanto por llamar a Uribe a indagatoria. No! Se trata de lo que ha rodeado este proceder, el cual es, a todas luces, anómalo, y a tal grado que parece conducido por estudiantes de primer grado de Derecho y no por magistrados de la Corte. Veamos el por qué:
En primer término: Es de anotar que se abre la causa y es Auto Cabeza de Proceso la declaración de un sujeto de la más baja condición que, por su trayectoria, es indigno de toda credibilidad. Bueno, ello de por sí no es lo que genera dudas, ya que tal declaración puede considerarse como un indicio, pero tal indicio debe ser ratificado, afianzado, en declaraciones de personas de toda credibilidad, cosa que hasta ahora no nos ha sido revelada, como sí las versiones de otros ciudadanos de igual o peor condición.
Segundo: Abierta la causa, los hoy indiciados, con diferentes apoderados, elevaron sendas peticiones a la Sala Penal, inquiriendo sobre sí se adelantaba alguna investigación relacionada con ellos, cosa que les fue negada. Esto, en el mes de febrero, mes en el que ya se adelantaba el proceso. De esta manera, se les impidió o negó el derecho a conocer las pruebas sobre las cuales se iniciaba la investigación.
Tercero: Han sido protuberantes las filtraciones que sobre los pormenores de la investigación han sido conocidas por periodistas, los que, con fundamentos ciertos y fidedignos, las han dado a conocer al público. De esta manera, se ha violado el Secreto Sumarial que es consagrado en los códigos, secreto que busca proteger la Presunción de Inocencia y el buen nombre de las personas, antes de que el Juez decida llamarlas a Versión Libre o a Indagatoria.
Cuarto: Sabidas las filtraciones, los magistrados de la Sala Penal, según tenemos sabido, no han procedido a instaurar la correspondiente denuncia penal contra él o los que han materializado la entrega a terceros de los elementos consignados en los expedientes.
Quinto: Los encartados, valga decir los investigados, se enteran de que serán llamados a Indagatoria por los medios de comunicación, procedimiento absurdo, más, sabiendo que los jueces se expresan mediante Providencias y Sentencias, no por los micrófonos o por los periódicos.
Sexto: Conocida la reacción general ante el llamamiento a Indagatoria del señor Uribe, a renglón seguido, sale un Magistrado a dar explicaciones de la medida asumida, y para ello revela apartes de las pruebas. Y uno se pregunta: ¿De cuándo acá un juez debe dar explicaciones de sus decisiones? Los jueces, sólo en las Providencias y no en otros medios, sustentan sus decisiones con fundamento en los elementos puestos a su consideración.
Con toda esta seguidilla de faltas al debido proceder, el daño que se le ha hecho a la justicia es de magnitudes astronómicas y de allí sólo puede esperarse desprestigio para las cortes, las que ya, de por sí, se han visto seriamente cuestionadas. Y del resultado, sea cual fuere, como colorario de estas fallas, casi que, de principiantes, tendremos que, si el Señor Uribe es exonerado de culpa, un sector hablará mal de la Corte y si llegare ser lo contrario, valga decir condenado, el otro sector tendrá sus motivos para denigrar de la misma Corte. Y para quienes miran con neutralidad y alguna expectativa el proceso, esto no puede sucederse en un Estado de Derecho.
Y, de paso, la polarización en su máxima expresión, con lo que todo le será más difícil al presidente electo y a su propósito de unidad. De paso, todo irá en contra de un país que lo que necesita son elementos de paz y concordia, lo que no significa que haya unanimismo.
Y no faltará quién sobe complacido sus manos, en tanto todos miramos expectantes a un lado y a otro.
Manizales, julio 31 de 2018.