Por: José Oscar González Hernández – Exalcalde de Pensilvania, exdiputado a la asamblea de Caldas, expersonero de Manizales.
27 julio 2018
El 19 de Julio de 1979 los jóvenes de ese entonces celebrábamos la llegada de los “Contras” a Managua, que significaba la caída del dictador Somoza. Recordar lo que fue el gobierno de Anastasio Somoza, sus tropelías y su favoritismo para su familia y amigos, causa cierto estupor.
Debemos recordar que de esos líderes que llegaban a Managua se encontraba Daniel Ortega como uno de sus comandantes y esperábamos que ellos fueran la redención del pueblo nicaragüense. Pasa el tiempo y hoy 39 años después tenemos que evocar esa euforia de hace años, la trasladamos a la tristeza que nos embarga hoy y al pueblo de Nicaragua. Hace un tiempo, Daniel Ortega, lo veíamos como el redentor del país centroamericana que lo salvaba de las garras de un tirano. Pero qué triste realidad la de hoy. Más de 100 días de una nación levantada en un paro nacional. Atropellos a los manifestantes; los prelados de la iglesia católica, que han servido de intermediarios, agredidos, los esbirros del déspota Nicaragüense los han atropellado y el diálogo nacional roto.
Cuál será el destino de los pueblos, cuando vemos que aquellos que hace unos años los veíamos como los redentores y ahora son iguales de dictadores, a los que ellos derrocaron?. Como colofón tenemos que mirar que hace unos años celebrábamos la llegada de Ortega a Managua; hoy, 39 años después censuramos que este Presidente Ortega atropelle al pueblo que lo eligió. Tenemos que decir la euforia de hace unos años, hoy se convirtió en tristeza y atropellos, y fueron causados por el mismo personaje, Ortega.
Un calvario parecido viven hoy los amigos del Centro Democrático. Hace apenas ocho días eran las vedette del Congreso colombiano, mucha euforia, siguieron con la oposición cerrada al Presidente Santos y como premio mayor uno de sus acólitos fue investido como Presidente de la Corporación.
El calvario para el Centro Democrático se inició a comienzos de esta semana cuando su Jefe y máxima figura anunció que renunciaría a su curul porque la Corte Suprema de Justicia lo llamó a indagatoria. No sabemos si la jugada de Uribe es de verdad para acatar los fallos judiciales o con un poco de malicia buscar una solidaridad de sus adeptos y enfrentarlos a la Corte Suprema.
Como lo decía un fogoso Periodista Senador en su época con una famosa tómbola. Los que hoy estamos arriba, mañana podemos estar abajo. Julio 27-18
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