Tinto Político

PA´L CARAJO LOS ESCRUPULOS

Lo más paradójico de todo esto, es que los escrúpulos de los encopetados dirigentes del centro democrático en Caldas, quedaron a un lado cuando de su conveniencia política se trata.

16 junio 2018

En la década de los cuarenta del siglo pasado, se vivía una intensa disputa al interior del partido conservador entre el laureanismo y el Ospino-alzatismo.

El oro y la escoria, fue una de las muchas expresiones lanzadas por el aguerrido jefe conservador, Laureano Gómez Castro, en los permanentes enfrentamientos en el congreso y la plaza pública.

Con ello clasificó a los conservadores entre buenos y malos, los primeros eran el oro, sus seguidores; y los segundos, la escoria, los amigos del Ospino-alzatista.

Esa expresión hizo carrera y a través de la historia política, muchos grupos políticos la han asimilado para autoproclamarse como lo excelso mientras sus contendores son los malos, el desecho.

Caldas no ha sido la excepción. Aquí se formó un híbrido político de apostatas del yepo-barquismo, la coalición tradicional que manejó los hilos políticos y administrativos del departamento y de muchos de sus municipios durante más de dos décadas.

Se llamaron movimiento cívico, después nuevo partido, luego partido de la U y ahora centro democrático. Eran los impolutos, los honestos, los honorables, los sin tacha, los blancos. Pregonaban su renuncia a la burocracia y al clientelismo, a las dádivas y a la politiquería. Su prédica política era todo un apostolado.

Hicieron jurar a sus seguidores nunca descansar hasta derrotar y desaparecer de la política caldense al yepo-barquismo. Estos nuevos redentores juraban que jamás tendrían acuerdos políticos ni de otra índole con esa escoria y vergüenza de la vida pública de Caldas.

Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas dice la canción. En la medida que fueron conociendo las mieles del poder, estos mesías se fueron convirtiendo en alumnos aventajados de la politiquería y el clientelismo. Peleaban puestos y contratos, practicaban el nepotismo y empezaron a verse envueltos en escándalos de corrupción y malos manejos. Ya los amigos del yepo-barquismo no eran tan malos cuando de hacer tratos y acuerdos políticos con ellos se trataba.

Esa obsesión hacia la vieja coalición, luego la trasladaron al partido de La U. Hasta hace una semana, renegaban contra el senador Mauricio Lizcano y sus seguidores. Hoy comen en el mismo plato de la campaña presidencial de Iván Duque. Como por arte de magia, los lizcanistas volvieron a ser personas queridas, se blanquearon nuevamente; y para justificarlo, alguien dijo que el hijo agradecido vuelve a casa y que por ello había felicidad total.

Lo más paradójico de todo esto, es que los escrúpulos de los encopetados dirigentes del centro democrático en Caldas, quedaron a un lado cuando de su conveniencia política se trata; y “esos” con quienes juraban nunca tendrían tratos, “esos” herederos del yepo-barquismo donde se formaron políticamente, “esos” hoy son sus socios electorales. Hasta el exgerente de la industria licorera de Caldas, Carlos Arturo Fehó, hoy es uno de los benefactores más importantes de esa campaña. Dicen que de su bolsillo paga la sede de la avenida Santander con 51 y otros gastos.

Pa´l carajo los escrúpulos !

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