Por: José Oscar González Hernández – Abogado, expersonero de Manizales, exdiputado de Caldas, exalcalde de Pensilvania –
El tema de moda hoy en el país son las encuestas presidenciales. Cada día aparece una nueva firma encuestadora y nos presenta sus resultados. Pero últimamente, después de las elecciones del 11 de marzo para el congreso en todas las encuestas aparece el candidato Duque embalado bregando a trepar para alcanzar el 50% de electores y de contera ahorrarnos una gran cantidad de plata si no hay segunda vuelta y el único que le ha seguido el paso es el candidato Gustavo Petro, pero creo yo, de segundo, pero muy lejos del Antioqueño.
Para los que ya tenemos varias elecciones encima nos parece raro que ya las grandes concentraciones o manifestaciones como se llamaba anteriormente la presencia del candidato en la plaza pública, esto no se da. Según las nuevas tendencias, es más importante enviar mensajes a través de las redes sociales que hacer una manifestación pública en una plaza. Al único que le hemos visto concentraciones, y muy grandes, es a Petro, el resto hacen mutis por el foro.
Según las noticias que nos llegan sobre la red social Facebook que se encuentra vinculada a CAMBRIDGE ANALYTICA por haber suministrado la información secreta de sus clientes y parece que con dicha información manipularon al electorado en estados Unidos a favor del Presidente Trump; yo hago una pregunta indiscreta: ¿De pronto los asesores de Duque no recurrieron a esos artificios de las redes sociales y vimos trepar en corto tiempo a su candidato hasta colocarse en un porcentaje superior al 43% de aceptación?
No sé si lo hicieron. Pero si lo hicieron creo yo que hoy en el mundo se están desarrollando un sinnúmero de herramientas tecnológicas que nos hacen obrar muchas veces contra nuestro querer. Tengo entendido que con estos mensajes subliminales a muchas personas las han hecho comprar cosas que no necesitaban.
Lo anterior lo traje a colación para advertir que nuestro país no es una isla en el mundo. Estamos sujetos a que todo lo bueno y lo malo que exista en el mundo nos llegue. Bienaventurados los que saben aprovechar esos desarrollos tecnológicos.
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