Opinion

NORMAS INOCUAS

EDITORIAL

En pronunciamiento de la semana pasada, el Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, reiteró que quienes contratan con el Estado, no pueden intervenir en política.

La experiencia enseña que en Colombia prohibiciones como esta son un saludo a la bandera porque ningún funcionario o contratista las acata, además de ser normas inequitativas porque hasta el 2014 al Presidente de la República sí se le permitía esta actividad en busca de su reelección.

Ahora bien, de acuerdo con esta prohibición entonces el magnate Luis Carlos Sarmiento Angulo no puede hacer aportes económicos a campañas política porque sus empresas tienen contratos con el Estado como la construcción de carreteras en concesión ?. No olvidemos que los grandes grupos económicos hacen aportes a muchos candidatos, empezando por los presidenciales. Algunos dirán que eso ya es hilar muy delgado, sin embargo, es la realidad.

La actividad política en el país principalmente la ejercen quienes están en el sector público. Ellos constituyen las bases de los partidos políticos en su mayoría. Tratar de prohibirle a un funcionario público su participación en actividades políticas es como prohibirle al ratón el queso.

La filosofía de esta prohibición debe ser el evitar que los bienes públicos sean utilizados para actividades políticas y favorecer a candidatos determinados alterando con ellos el equilibrio que debe existir y la igualdad de posibilidades.

Recuerdo como anécdota, hace ya varios años cuando un inspector de policía de la zona rural de un municipio caldense, en plena campaña electoral llegó el fin de semana a entrevistarse con el Alcalde y le dijo que no haría política porque la procuraduría lo destituiría. Con toda tranquilidad, el burgomaestre le respondió «y si no la hace, soy yo quien lo declare insubsistente».

Traje a colación la anterior anécdota para significar con ella la difícil encrucijada en que la que son puestos los funcionarios públicos en épocas electorales: acatan la norma de prohibición y no participan en actividades políticas, o quedan mal con sus jefes políticos quienes luego los harán remover de sus cargos.

Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre.

Pensilvania, junio 02 de 2019.

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