Opinion

¡’Ordóñese’ de la risa!

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12 septiembre 2018.

Por: Mario Arias Gómez

“Mira como estamos, Pedro, y tú cortando orejas”. Episodio bíblico que inspira éste ineludible e irresistible reproche al presidente Duque, fruto del sentimiento de inconformidad provocado por la sorprendente e inusitada determinación de resucitar, una asqueante trilogía de espantajos ascendidos a la burocracia internacional.

Arranco con el caricaturesco, liviano y deslenguado ‘Pachito Santos’, marihuanero confeso, a quien nadie en sus cabales toma en serio, flamante embajador de la representación más importante de Colombia, minúscula medianía -intelectualmente hablando- sin pergaminos -académicos, diplomáticos- que lo acrediten para ocupar tan elevada posición, lo cual dimensiona la forma improvisada de su selección, recordado por su recomendación de las “descargas eléctricas a los estudiantes y el anuncio que debían enfrentar la reprensión del Estado”. “Electrochoques que al caer  los  neutralizan, para ser  fácilmente detenidos«.

Muestra inequívoca de su inmadurez, creencias, alma de ‘demócrata’, imperativos éticos del despalomado ‘payacito’, presentado penosamente como gran estadista, convalidando el presidente sus formas, al no encontrar a nadie más incapaz, obtuso -digámoslo de una-, cretino para el puesto, vergüenzas convertidas en credenciales que lo acreditan ante su parigual, Trump, otro enajenado de atar. Tal para cual. Incompresible, deplorable y peyorativa resolución, para Ripley.  

Descachada que continuó con la bochornosa nominación de la lastimera ‘pastora’, pareja del mefítico y moralmente insolvente, Alonso Lucio, ex M19, rábula de narcos, paracos, protegido del Eln, indagado por cohecho, enriquecimiento ilícito, estafa, inculpado por falsa denuncia, inhabilitado -de por vida- para hacer política. Veda astuta y sutilmente esfumada en cuerpo ajeno. Explosivo dúo, mezcla entre religión y política, adalides de la familia, la moral, pero la del apellido de la ‘becaria’ -única moral que conoce-, equiparada por su enceguecido nominador, con «la grandeur de la France».

Medieval, mediática pareja, impulsora del referendo contra la adopción gay, convertida en dogma por el envanecido macho dominante, fraguado, para privar a las madres y padres solteros; viudas, separados; parejas del mismo o del tercer sexo, a adoptar niños. Pretensioso y pedante embajador-consorte, orlado con mafioso prontuario, que exhibirá orgulloso en la cuna de los ‘Derechos Humanos’, vigentes desde el 10 de diciembre de 1948.

Completa el pasmoso ascenso a la apetecida OEA, el arteriosclerótico, orondo, ufano exprocurador, defenestrado caníbal por corrupto, cuya desconceptuada investidura, fue señalada por él mismo, como escampadero de la torcida “izquierda caviar, que busca sobrevivir financieramente”. Credencial -contra natura- que constituye un ultraje a la decencia; un olímpico incumplimiento a la sacralizada promesa de aplicar la meritocracia; despreciando -de paso- la avizorada protesta que dicha designación generaría, sinónima de indignación, desconfianza, pérdida de credibilidad a tan solo un mes de iniciado el amnésico mandato, que ignoró las múltiples decisiones adoptadas por este hosco, percudido, inescrupuloso y recalcitrante ultraderechista, que juró -falsamente- ‘cumplir y hacer cumplir la ley.  

Sancionó selectiva, sesgada, subjetivamente, Sin soporte legal, Providencias, en buen número, reversadas, causando elevadísimas indemnizaciones con cargo al erario, sin que se conozcan actos de repetición. Gestión acomodada a su doble moral, ejemplificada con la ilegal reelección, amparada en cuanta trapisonda existente; con violación del artículo 126 de la ‘Charta’, que le prohibía nombrar a parientes de magistrados de la CSJ que nominarían al azufrado belcebú; utilizó todas las artimañas posibles, para neutralizar, dilatar luego, el proceso sancionatorio impetrado por el CE; movilizando a sus cercanos pares, para entorpecerlo con amañadas, infundadas recusaciones; nulidades; cambios -de última hora- de abogados. Desleales Interferencias, con la soberana causa de la justicia, que ordenó disciplinarlo. Ante la destitución inminente, ordenada por sus manguianchos y cómplices colegas -14 votos por 5 en contra-, corrió a renunciar, horas antes que fuera notificado.

Con premeditación y alevosía impensable, intentó minimizar la gravedad de su humillante y merecida degradación, declarándose -en un claro irrespeto, desconocimiento y menosprecio por la justicia- perseguido político, que fue lo que hizo siempre como juez disciplinario. Crispado, ignominioso y tozudo Savonarola, iniciado hace cuatro décadas -un 13 de mayo (día de la Virgen de Fátima)- en que esta cacatúa, promovió en el parque San Pío X de Bucaramanga, ‘su’ hoguera, alimentada con publicaciones ‘corruptoras que perturbaban las mentes juveniles’, confiscadas -con su pandilla- de la biblioteca pública, ‘Gabriel Turbay’, obras entre las que se encontraban autores, como García Márquez, Rousseau, Marx, y una Biblia ‘pecaminosa’, por no ser -sentenció- una “edición católica, apostólica y romana.”

Dónde se queman libros se termina quemando personas”. (Heinrich Heine).

Insoportables e insondables nombramientos, justificados -ex cátedra, urbi et orbi- por nuestro pontífice, imperativo premio al servilismo político.  

Bogotá, D. C. 12 de septiembre de 2018

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